Con la llegada de Internet se abre camino a un nuevo medio que permite no sólo al periodista difundir la información sino que también al ciudadano común. Las herramientas y posibilidades que ofrece la web no sólo es para uno sino para todos.
Ahora las personas pueden ser “periodistas”. Internet da los recursos para poder dar la información desde nuevas perspectivas, que en ocasiones son contradictorias al de los medios tradicionales. Es así como la hegemonía del periodista y de los medios se viene a bajo y dan paso al Periodismo participativo.
Aunque el ciudadano no cuenta con formación periodística, la idea es que su participación de suministrar hechos sea confiable, exacta, de amplio rango y relevante. Además de enriquecer las informaciones y dar al público diferentes voces que permitan dar la mayor cantidad de datos y así puedan construir una opinión.
El periodista es el experto en informar y poseer las habilidades específicas para hacerlo, no obstante, ahora debe de caminar de la mano con el periodista ciudadano. Más que una competencia, esta unión debe ser un complemento. Los blogs, foros, wikis, los medios ciudadanos hiperlocales no pretenden desplazar a los medios tradicionales, sino ser complementarios y ampliar la información o llenar el hueco existente por la dificultad de cubrir con métodos y periodistas profesionales los acontecimientos más pequeños de la actividad social y ciudadana.
Ayudar a colaborar en la construcción de una sociedad más informada permite que todos seamos medios y productores de una realidad.
Una nota que señala que el Gobierno tico mintió con respecto al caso de la venta de los bonos a China fue la gota que derramó una oleada de críticas hacia el periódico La Nación, señalado como el medio que busca desprestigiar al gobierno.
El problema radicó en el secretismo que manejó el Gobierno sobre los bonos que el país vendió a China y a las dificultades de acceso a la información que envuelve el tema. Meses atrás La Nación tuvo que presentar un recurso de amparo ante la Sala IV para poder acceder a la información relacionada con las condiciones de la venta de bonos de deuda pública.
El caso es que el gobierno no se queda atrás. La Presidencia de la República y la dirigencia del Partido Liberación Nacional (PLN)arremetieron contra La Nación. El mismo Rodrigo Arias confiesa que “la verdadera mentira es la que este periódico esconde y ha sido la de querer buscar en esa transacción culpables, buscar comisiones, buscar transacciones indebidas…”
La lluvia de críticas no cesa ni cesará para La Nación. Quienes alababan al medio hace unos meses hoy son su verdugo. Se siembra la duda si en realidad el medio apuesta al show mediático o en realidad buscan cumplir con el deber profesional en contra del secretismo y de la negación de los principios constitucionales en una negociación con un gobierno extranjero, como señala Julio Rodríguez, editorialista de el Periódico La Nación.
Así como existe periodismo televisivo, radiofónico y escrito, así también puede existir el periodismo electrónico. Cada uno se desenvuelve en medios diferentes pero con principios periodísticos iguales. Hasta el momento ningún medio ha significado el verdugo del otro.
Aunque el futuro nos acose, los periodistas tengan que empezar a adaptarse a la web y que actualmente crece la cantidad de personas que se informan por este medio, aún hay millones de personas que necesitan recurrir a los medios tradicionales. Muchos hablan de la muerte de la prensa, pero yo prefiero hablar de la baja en la cantidad de ejemplares que se harán por día. Existen y existirán personas que necesiten recurrir a este tipo de medio para poder informarse. La brecha digital no se rompe en vuelta de varios años y muchos menos se crea la Sociedad de la Información.
No obstante, la tecnología es maravillosa y sorprende a lo ojos. Más que un futuro es el presente. La web ya es un nuevo medio que –al igual que la TV y la radio en su momento - aporta nuevos recursos para ser eficaz y atractiva la forma en que las noticias le llegan a las audiencias. La web es ventajosa al poder permitir construir informaciones a partir de la fusión de imagen, audio y escritura, pero el periodista debe también evolucionar y buscar la mejor forma de brindar información de calidad.
Con la web crecen los restos informativos, ya no sólo el periodista es dueño de la información, pero sí es el que tiene las herramientas periodísticas y éticas necesarias para distinguirse. El reto está en ajustarse a la nueva plataforma y empezar a crear productos digitales de calidad.
Cuando ingresé en el 2002 a la universidad me asignaron investigar sobre el Sudario de Turín. Lo único que conocía sobre el tema era la breve explicación que el profesor dio: “es el lienzo en que fue envuelto el cuerpo de Jesús”. Pensé que la información para hacer mi exposición era fácil de conseguir. ¡Pero no fue así! Ni los sacerdotes tenían material que me ayudara, nada más sabían que era, ¡punto! No se me ocurría donde buscar más información, la biblioteca tampoco había sido de gran ayuda. Cuando creí no lograr obtener la información, el padre dijo unas palabras que fueron como revelación divina: en Internet.
Llegué al café, tenía una computadora ante mis ojos, pero no tenía ni la mínima idea de cómo acceder la web. Que tuviera 17 años, en primer año de la U y que perteneciera a la generación de “nativos digitales”, no significaba que fuera amiga del www. No obstante, para el administrador de local sí lo significaba. Ante me ignorancia cibernética, indignado me explicó brevemente que se accedía por el Explorer y como hacer búsquedas con el famoso google.
Ese primer contacto con el medio significo el primero de muchos. Internet ahora es como mi mano derecha. Hoy no sólo realizo búsquedas por la web para informarme o buscar material para los trabajos de la U, sino que también uso el correo electrónico, el msn, Skype, pertenezco a redes sociales como hi5 y facebook y sustento un blog. Y lo mejor de todo es que desde la comodidad de mi casa.
Internet no sólo es mi mano derecha sino la de muchos. Internet cada día penetra más y más en la vida diaria. Según un estudio realizado paraRACSA, en noviembre del año 2007, por la empresa especializada en estudios de opinión CID Gallup, el 35% de la población costarricense utiliza Internet, en el 39% de los hogares hay computadoras, y de estas el 41% están conectadas a la red.Además, señalan que el 40% de los hogares el acceso a Internet es todos los días, con un promedio de 2 horas (el año pasado el promedio fue de 30 minutos). También destacan que en el país, el 10% de los navegantes son menores de entre 10 y 15 años,un 30% tienen entre 16 y 25 años y otro 10% de los navegantes son mayores de 50 años.Además señalan que los usos más frecuentes del servicio son para correo electrónico con un 47%, estudios con un 43% y trabajo con un 28%. (1)
Además los gustos de las audiencias evolucionan y con ellos la tecnología y los medios, que buscan acaparar la atención del consumidor. Es así como la radio, por ejemplo, ha incursionado en este nuevo avance. Cebrián Herreros (2001, citado en Rodero, Emma) (2), Catedrático de la Universidad Complutense, señala que:
“Internet modifica las maneras con que se informan las personas. Los usuarios pasan a tener un poder que antes no tenían tanto para recibir, buscar y contrastar como para incorporar información generada o conocida por ellos. Acceden a la red como un autoservicio. Esta visión modifica plenamente el panorama de los medios de comunicación y en particular de la radio. O la radio busca la personalización de la información, la interactividad, el autoservicio o perderá capacidad de penetración en la nueva sociedad”.
Por otra parte, actualmente Internet como herramienta estándar de comunicación está tomando gran apogeo yse está convirtiendo en el medio de comunicación por excelencia.
“Muchas empresas de medios de comunicación están ahora involucrándose en la producción de material directa y exclusiva para la red de Internet, que consiste en su mayor parte en información, diseño, texto, audio y animación...” (3)
Internet revoluciona día con día y la sociedad no se queda atrás ante los beneficios que nos ofrece el medio. Por eso Internet es la autopista por la que todos andamos.
(3) Organización Internacional del Trabajo (OIT), El futuro del trabajo y de la calidad en la sociedad de la información: el sector de los medios de comunicación, la cultura y las industrias gráficas. Ginebra: Oficina Internacional del Trabajo, 2004, pp 25. http://www.apc.org/apps/img_uploap/5ba65079e0c45cd29dfdb3e618dda731/tmmcgs_r.pdf
La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Madre Teresa de Calcuta, nunca se privó de dar sus opiniones. En 1995, en Irlanda, un referéndum sobre el divorcio encendía pasiones. La religiosa —que no tenía nada que ver con Irlanda— participó de la campaña pidiendo el voto en contra. Pocos meses después, su nueva amiga, lady Diana Spencer, se divorció, y una periodista le preguntó qué opinaba. La devota no tenía problemas: “Está bien que ese matrimonio se haya terminado, porque nadie era realmente feliz”, dijo.
La señorita sabía aprovechar el halo de santidad que la rodeaba: los santos pueden decir lo que quieran, donde y cuando quieran. Y ella usaba esa bula para llevar adelante su campaña mayor: la lucha contra el aborto y la contracepción.En 1994, en el Congreso norteamericano, la religiosa recibió aplausos de cientos de congresistas -muchos de los cuales no estaban en contra de la contracepción y el aborto- al escuchar su discurso: “Los pobres pueden no tener nada para comer, pueden no tener una casa donde vivir, pero igual pueden ser grandes personas cuando son espiritualmente ricos. Y el aborto, que sigue muchas veces a la contracepción, lleva a la gente a ser espiritualmente pobre, y esa es la peor pobreza, la más difícil de vencer”.En su Calcuta, en la India, en muchos otros países, la superpoblación es causa principal del hambre y la miseria, y sus autoridades toman todo tipo de medidas para limitarla.Las jerarquías católicas lo dicen siempre, pero dicho por ella es mucho más eficaz. El cardenal James Hickley, arzobispo de Washington, lo explicó clarito: “Su grito de amor y su defensa de la vida nonata no son frases vacías, porque ella sirve a los que sufren, a los hambrientos y los sedientos...”.Entre otras cosas, su proceso de beatificación vaticana fue el más rápido de la historia de una institución que no suele apresurarse, que puede tardar, por ejemplo, cuatro siglos en pedir perdón por apretar a Galileo Galilei o asesinar a Giordano Bruno y tantos otros.Así que ahora la señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu —lo que quede de ella— debe estar en el paraíso de los beatos, un poquito más abajo del paraíso de los santos, con apenas menos felicidad eterna y menos olor a incienso y mirra y menos intimidad con su Señor pero bastante, pese a todo.La señorita fue una militante muy eficaz de una causa muy antigua: la del conservadurismo católico. Una versión mediática y actual del viejo modelo de la dama de caridad. Gracias a esos medios, al aparato de difusión de Roma, la señorita quedó instituida como gran encarnación actual del viejo mito de la bondad absoluta.Todos necesitan tener un Bueno: un modelo, un ser impoluto, alguien que les muestre que no todo está perdido todavía. Así que, pese a que algunos intentamos contar un poco de su historia, nadie lo escucha: es mejor y más cómodo seguir pensando que la señorita era más buena que Lassie.La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Teresa de Calcuta, consiguió ser la Buena Universal. Y consiguió, incluso, lo más difícil que puede conseguir una persona, un personaje: entrar en el lenguaje como síntesis o símbolo de algo.Desde hace unos años empezamos a decir una madre Teresa cuando queremos significar que alguien es realmente bueno. Y así ha quedado registrada en nuestra cultura la señorita también llamada madre, amiga de tiranos y estafadores y militante de lo más reaccionario.
Escritor Argentino detesta a madre Teresa de Calcuta
El escritor Martín Caparrós expone el lado malo de la mujer buena que el mundo creyó conocer. Muestra algunas de las acciones de la religiosa que lo hacen llagar a la conclusión de detestarla. La madre Teresa de Calcuta se codeó con grandes corruptos capitalistas y fascistas. Nunca apoyó el divorcio pero sí el de su amiga Diana Spencer. Su largo recorrido fue suficiente para recaudar millones de dólares, pero nunca rindió cuentas del destino de cada dólar.
La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Madre Teresa de Calcuta, consiguió en sus últimos 25 años una fama y un apoyo internacional extraordinarios. Le llovieron todo tipo de dinero para que ayudara a los pobres del mundo. Sin embargo, nunca hizo públicas las cuentas de su orden pero sí se jactó de decir que fundó, con ese dinero, alrededor de quinientos conventos en cien países. Pero no fundó una clínica en Calcuta.
Hay un par de ideas fuertes detrás de todo eso. La idea de que la vida es un camino hacia otra mejor, más cerca del Señor: si no fuera así, a nadie se le ocurriría dedicarse a que esa gente muriera mejor y, quizás, en cambio, pensarían en mejorar sus vidas. Y la idea de que el sufrimiento de los pobres es un don de Dios: “Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Jesucristo —dijo la madre Teresa—. El mundo gana con su sufrimiento”.
Por eso, quizás, la religiosa les pedía a los afectados por el famoso desastre ecológico de la fábrica Union Carbide, en el Bhopal indio, que “olvidaran y perdonaran” en vez de reclamar indemnizaciones. Por eso, quizás, recibió la Legión de Honor de manos de Baby Doc Duvalier —que le donó bastante plata— y explicar que el tirano “amaba a los pobres y era adorado por ellos”. Por eso, quizás, la religiosa fue a Tirana a poner una corona de flores en el monumento de Enver Hoxha, el líder estalinista del país más represivo y pobre de Europa.
Pero quizá no fue por eso que envió al tribunal una carta pidiendo clemencia cuando juzgaron a Charles Keating - hombre que robó 252 millones de dólares a pequeños ahorristas y donó a la religiosa más de un millón de dólares, además de prestarle su avión privado-. Cuando el fiscal le pidió que devolviera la plata que Keating le había dado —robada a los pequeños ahorristas—, la religiosa no se dignó contestar.